A tenor de lo contado en el capítulo anterior podía parecer que estabamos ante el fin de De Juana Chaos, ¡ejem!, ante el fin de él no, por desgr... (mejor no digo más porque sé que me lee y luego se mosquea) todavía anda vivito y coleando. Trataba de decir que podía parecer que estabamos ante el fin de la saga de capítulos cuyo protagonista es el mediático Iñaki De Juana Chaos, De Juani para los amigos; pero esto tampoco es así del todo.
Como dije recientemente, Iñaki me ha llamado para pedirme que le acompañase en su último viaje (del Hospital Donostia a la prisión de Aranjuez). Como no tenía nada que hacer y como él se encargó de que sufragaran mi desplazamiento pues accedí a cumplir sus deseos. Ni que decir tiene que durante todo el trayecto De Juani me contó todo lo que le había sucedido desde que arribara al hospital donostiarra, también fui testigo de su ingreso en la prisión de Aranjuez así como de sus primeros días en el citado penal.
Con todo esto tengo material para unos cuantos capítulos más, pero que de momento y para no saturar con tanto De Juana Chaos los voy a dejar para más adelante.
Aún así no voy a dejar sin aclarar un par de cuestiones referidas al terrorista y que tienen en vilo a la gran mayoría de los españoles:
- ¿A qué se debe la eterna cara de mala ostia de De Juana Chaos?
- ¿A qué se debió su ayuno recién desembarcado en Aranjuez?
En respuesta a la primera pregunta he de decir que personalmente se la hice varias veces al etarra obteniendo la callada, amén de la consiguiente mueca de desdén, por respuesta.
Llegué a leer en los comentarios de esta noticia referida al terrorista y publicada en la edición digital del periódico 20 minutos donde un lector decía que "De Juana Chaos tiene cara de estar oliendo mierda todo el rato".
Hace pocos días, en el hospital, mientras le movían, el etarra empezó a dar unos alaridos como si lo estuvieran matando; y a insultar de todas las maneras y tonos posibles a los que lo estaban manipulando.
Esta fue la conversación que sostuvieron los enfermeros entre sí y que yo pude escuchar:
-Joder con el etarra éste, hay que ver qué delicados tiene los cuartos traseros.
-Sí, no es de los que las sufra en silencio precisamente.

-Y digo yo, ¿tendrá mierda para todos?, ¡hay que ver cómo reparte!
-Parece mentira, un tío que se las da tan de duro y cómo se pone por unas simples almorranas.
-Y dicen de él que es un sanguinario y les creo, no hay más que echarle un ojo al culo, jajaja.
-Sí, tienes toda la razón, hasta le han hecho transfusiones y todo.
-Creo que me voy a replantear lo de ser donante de sangre, hay que ver qué manera de desperdiciarla.
-La verdad es que sí, pero baja el tono que como nos escuche nos cruje.
Según me enteré después, como consecuencia de las huelgas de hambre resulta que el etarra ha pillado unas hemorroides que te cagas, de esas que duelen pero bien, incluso ha llegado a ser intervenido quirúrgicamente y se le ha puesto sangre, así no es de extrañar que siempre tenga esa cara de estar oliendo mierda todo el rato.
*La respuesta a la segunda pregunta queda para el siguiente capítulo, espero no teneros mucho tiempo en ascuas.